Growth Hacking es un concepto que no deja de oírse en estos últimos años. Sin embargo, las definiciones de esta práctica son múltiples cuando se pregunta a las empresas que tienen a un profesional de está integrado en su organigrama.
¿Qué es el Growth Hacking? En pocas palabras, es una práctica cuyo fin último es la continua optimización del negocio en pos de su crecimiento económico.
Por lo tanto, el Growth Hacker es aquella persona que analiza el negocio en su complejidad y las distintas partes que lo componen para entonces identificar cuál de estas es más rentable optimizar en tanto que su optimización comportará el menor coste posible respecto al crecimiento que esto comportará en el negocio.
Nacida entre las startups, el Growth Hacking se ha extendido a empresas de todos los sectores y son miles los negocios que hoy intentan integrar dicha práctica.
¿Se puede aplicar el Growth Hacking a un sector con tanta infraestructura como es la maquinaria? Por supuesto; a continuación explicamos cómo.
El primer paso es establecer un objetivo de crecimiento, para lo cual deberemos detectar cuál es la fase de comercialización más crítica.
- ¿La gente nos conoce?
- ¿Se interesan por nuestra marca?
- ¿Convierten?
- ¿Nos vuelven a comprar?
Una vez detectada la fase más crítica deberemos establecer un objetivo siguiendo la filosofía SMART. Esta establece que un objetivo apto para el crecimiento debe ser específico, medible, alcanzable, realista y temporal.
Un ejemplo sería: “Queremos aumentar la fidelización un 20% en los próximos 3 meses y lo monitorizamos mediante la cantidad de clientes antiguos que nos vuelven a comprar”. Sabemos lo que queremos lograr, nos hemos puesto un tiempo y una cifra razonables para conseguirlo y sabemos cómo vamos a medir los resultados.
Tras establecer el objetivo debemos pensar establecer una palanca de crecimiento. La palanca, tal y como su nombre indica, es aquella estrategia que nos permitirá alcanzar los resultados más óptimos mediante el mínimo esfuerzo posible.
- ¿Cómo podemos fidelizar a nuestros clientes?
- ¿Mediante una estrategia de email marketing con la cual mantenemos la comunicación con ellos?
- ¿Haciendo que nos sigan en redes sociales?
- ¿Mediante estrategias específicas de fidelización?
Si bien la fidelización no tiene por qué resultar el punto crítico de todas las empresas de la industria maquinaria, aquellas que se encuentran con dicho problema suelen sufrirlo porque el cliente encuentra otras marcas con opciones más avanzadas.
Una vez nos decantemos por aquella palanca mediante la cual perseguiremos nuestro objetivo, pasaremos a la fase de experimentación. Los experimentos son todas aquellas acciones que llevaremos a cabo para activar la estrategia establecida y que iremos monitoreando para ver si funcionan o no.
- ¿Cómo podemos fidelizar a nuestros clientes?
- ¿Los mantenemos al tanto de las novedades?
- ¿Podemos enviarles emails personalizados donde les ofrecemos valor extra?
- ¿Podemos contactarlos cuando haya pasado el tiempo de amortización de la última máquina que compraron y ofrecerles un descuento si nos vuelven a comprar?
- ¿Podemos ofrecerles servicios de reparación y/o devolución?
- ¿Están contentos con nuestros servicios actuales?
- ¿Podemos enviarles un mensaje para que califiquen la calidad de nuestros servicios y nos expliquen cómo podemos mejorar?
Finalmente llegaremos a la fase de aprendizaje. Como hemos mencionado, todos los experimentos que hagamos deben ser registrados junto a los resultados, los datos obtenidos y aquello que hemos aprendido. Ello nos servirá para crear una base de datos mediante la cual, tras un tiempo, podremos analizar y empezar a detectar patrones obteniendo valiosa información sobre aquellas estrategias que funcionan y aquellas que no.
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